El Príncipe de
la nación, desnudo (de conocimiento y juicio). El Estado, en pelotas
(jurídicas). España, desarmándose moralmente ante una banda terrorista (http://www.elmundo.es/elmundo/2011/10/19/espana/1319034890.html).
He leído el
más reciente comunicado de ETA (http://estaticos.elmundo.es/documentos/2011/10/20/comunicado_eta.pdf).
Como cabía esperar de una banda terrorista (cuya auténtica rendición o derrota
sólo puede consistir en la entrega de las armas sin más comunicado oficial que
el del Estado proclamando su victoria), exhibe, como siempre, la indignante
insolencia que convierte cínicamente el crimen
en un “conflicto” político con el Estado, sin renunciar a las delirantes
exigencias por las que ha asesinado casi mil vidas y familias y condicionando,
una vez más, la superación del “conflicto armado” a la concesión de sus
imposiciones. Por supuesto, con el típico señuelo añadido de las treguas-trampa
para, además de los sinvergüenzas que lo aprovechan, los bobos y cobardes (como
deben de ser los españoles para los etarras, que quizá se tapan la cara para
que no se les vea troncharse de la risa): un incoherente e increíble “cese
definitivo de su actividad armada”, cuya contradicción absoluta sólo puede
disimularse incrustando el aserto en párrafo y línea distinto del resto de
arbitrariedades que la banda asesina considera expresión de auténtica “paz y
libertad” frente a la “imposición que aún perdura”.
No cabe la
menor duda: “y, así, la superación de la confrontación armada”, dice el texto.
“Así”, es decir: tras el “diálogo” exigido con los Estados de España y Francia
para “resolver”, según su entender y conveniencia, el “conflicto” y “sus
consecuencias” (se tratará de amnistía e indemnización a las “víctimas”: los
terroristas muertos o encarcelados). Omisión, por supuesto, de cualquier
arrepentimiento: la única lamentación es por los terroristas caídos “en la
lucha” o encarcelados. Al contrario, saludan la nueva circunstancia histórica
en que actuales cambios políticos marcan la hora de proseguir “la lucha” sin
armas. (Sin duda: la banda terrorista ya cuenta con representación y subvención
económica institucional, bajo el nombre de Bildu, pese a la rotunda oposición
de los cuerpos de seguridad del Estado, del Tribunal Supremo y de la mitad del
Tribunal Constitucional. Otro asesinato ahora, cuando están ganando el dominio
político que pretendían en virtud de su terrorismo y el síndrome de Estocolmo
que han provocado en media nación española, sería incompatible con su
representación política y los devolvería a la dura fase de la clandestinidad,
las bombas y el tiro en la nuca, jugándose la propia vida. El despotismo es
mucho más llevadero cuando cuenta con una sumisión firmemente arraigada en la
ceguera y el autoengaño profundo.)
Lo único
nuevo, pues, en este comunicado criminal es el triunfalismo de su oposición
terrorista al Estado democrático de Derecho. Y, sin embargo, la mayoría
absoluta (poco menos que la totalidad) de los partidos políticos y medios de
comunicación social están hablando inverosímilmente, haciendo lo blanco negro
(o más bien al contrario), de triunfo del Estado de Derecho, de derrota de ETA,
de rendición, de final del terrorismo. No sólo el partido y los medios
verosímil y lamentablemente interesados en presentar como única baza electoral
posible la farsa de una falsa pero aparente victoria sobre el terrorismo, sino
casi todos los partidos y medios (http://www.rtve.es/noticias/20111020/eta-anuncia-cese-definitivo-actividad-armada-pide-gobierno-abrir-proceso-dialogo/469705.shtml).
¿Será que en
España no se lee, y casi nadie ha leído el comunicado? ¿Será que, a estas
alturas de leyes antieducativas, es rara la lectura comprensiva en escolares,
periodistas y profesionales? ¿Será que el terrorismo ha ganado la partida, es
decir, ha acobardado el ánimo y la voluntad de la nación, viciando la visión y
la lectura objetiva de las cosas? ¿Será que la otra (media) España también se
ha rajado de los “principios” (Rajoy presumió de ellos, como su única baza, en
su última derrota electoral) y está encenagada en el torpe “pragmatismo” de la
demagogia electoral que trata como necio y canalla al pueblo?
No está de
creer. Es para frotarse los ojos y no salir del asombro. Si no fuera por la
historia y por los cuentos, pensaría que Mayor Oreja, Rosa Díez (http://www.publico.es/espana/402699/rosa-diez-y-mayor-oreja-exigen-no-hacer-caso-al-comunicado-de-eta), las Asociaciones de víctimas (http://www.rtve.es/noticias/20111020/mayoria-victimas-defraudadas-porque-eta-se-disuelve-entrega-armas/469742.shtml),
la empresa mediática “libertad digital” (http://www.libertaddigital.com/nacional/2011-11-10/gara-avanza-su-entrevista-con-eta-el-desarme-esta-en-la-agenda-1276440987/)
y yo mismo somos los que deliramos, padeciendo un pavoroso delirium tremens aun sin haber bebido ni gota. Pero no. Un pueblo
entero, como la ilustre y clásica Atenas, puede dejar solo, como corrupto y
loco, a su más sensato ciudadano (Sócrates); un pueblo entero, el más culto de
Europa, puede ser avestruz conniviente y cómplice de un genocidio en pleno
siglo XX (la Alemania nazi). Y el cuento (los grandes cuentos reflejan las
constantes psíquicas humanas) de Andersen lo deja bien claro: el rey puede
estar desnudo, y sólo un chiquillo decirlo, pese a que un pueblo entero aplauda
la belleza de su camisa nueva, que sólo ven “los inteligentes”.
Sean cuales
sean los motivos (razón o justificación no hay ninguna), el hecho no me alegra
en absoluto, sino que me indigna y apena y, en uso de la libertad de expresión
pública que aún disfruto, aquí lo consigno, por si de algo vale la pena: no el
hecho de que unos pocos asesinos pretendan jugar a dominadores del pueblo
robando, asesinando y, siempre por delante, mintiendo (para abaratar costos y
esfuerzos), sino el de que un pueblo entero convierta en listillo al tonto del
pueblo y haga el tonto de esta manera tan indigna y peligrosa. Qué peligro,
haber perdido el criterio que discrimina justamente el bien del mal, la paz de la cobardía, la libertad
de la anarquía, la democracia de la algarabía, el verdugo de la víctima, el
disgusto de la injusticia, el conflicto político o incluso la confrontación
armada del simple e infame terrorismo; el Derecho del reverso siniestro.
Para mí,
ahora, el Estado español está siendo derrotado por la banda terrorista ETA y se
está, peor aún, rindiendo cuando, por falta de principios y discernimiento,
hace blanco lo negro y confunde inmaduramente la realidad con el deseo. Pero
una mentira no lo es menos por mucho que se repita. En cuanto a la verdad, no
necesita defensa: son los individuos y pueblos quienes tienen que luchar por
vivir en ella. ¿“Victoria del Estado de Derecho”? Qué confusión más necia y
sintomática. El Estado de Derecho, como la justicia y la matemática, no luchan
ni vencen: es España, ahora, la que está siendo desarmada y vencida moralmente
precisamente por lo contrario de lo que está presumiendo: por no regir
estrictamente su convivencia de acuerdo con el Derecho, la Dignidad y la
Justicia.
Qué vergüenza
y qué lástima. Lástima de las víctimas, que no son sólo los asesinados
físicamente sino todos nosotros, el pueblo español, moralmente, mortalmente
herido en su dignidad. Aunque no hay que perder la esperanza de que esta
situación se revierta. Basta con que no se apague del todo la luz de la verdad
y que nos unamos y la voceemos oportuna y omnímodamente cuantos creemos verla.
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