Absolutismo gubernamental

No hallo tiempo para escribir lo que querría o como lo querría. Pero, como reza el refrán francés (citado por Hegel en sus Principios de Filosofía del Derecho), "lo mejor es enemigo de lo bueno". O, como suele repetir mi bendita madre, "no te arrepientas de lo que hagas, sino de lo que no hagas". Así que aquí va, sencillamente, una cosilla entre otras; al menos dormiré más tranquilo, aunque lo que querría es quitarle un poco el sueño a más de uno (y no me refiero sólo al físico). ¿Se han dado uds. cuenta, o quizá padezco alucinaciones? Me refiero al "talante" y las iniciativas absolutistas del actual Gobierno de España. Alineo unos cuantos indicios, si es que no pruebas, que deberían quitarnos el sueño a todos. 

Una: la ministra de Sanidad ha dicho (se lo he escuchado por radio): "Sabiendo como sé lo malo que es el tabaco, no voy a consentir que los españoles sigan fumando". Más o menos. Con dos cosenos. Mamá Jiménez, la santísima Trinidad, a sus niños pequeños y traviesos.

Otra de la misma: se prepara nueva asignatura obligatoria en las escuelas: educación sexual. Remedo de las viejas manualidades, debe de ser. Para que sepamos qué nos traemos entre manos y otras partes del cuerpo. Para qué sirven los deditos y los ojitos, y dónde los tenemos.

Otra: la misma ministra, junto con la de igual da (sic: la de igual da que "no se sepa" científicamente si el embrión que alberga una madre es humano o vaya ud. a saber de qué especie: de todos modos, ante tamaña evidencia, conviene cambiar los principios mismos de la vida y transmutar la despenalización de un crimen por un "derecho"), ha financiado un video "didáctico" en desarrollo y aplicación de la nueva ley de "salud reproductiva y sexual", editado por la Cruz Roja, en el que se invita a los preadolescentes a practicar entre ellos (sin discriminación de sexo, por supuesto), todo tipo de prácticas sexuales, sexo anal incluido (como se sabe, ante ciertas denuncias, la Cruz Roja lo ha retirado enseguida admitiendo el "error" y pretendiendo, en misión imposible, exculpar por completo al ministerio). Véase: http://www.libertaddigital.com/sociedad/juego-subvencionado-por-sanidad-sexo-anal-y-juguetes-sexuales-para-alumnos-de-15-anos-1276386502/4.html

Otra de ministra, la de igual da (aunque da igual de qué ministra o ministro se trate, con este Gobierno): vamos a ir olvidándonos de leer cuentos como el de Blancanieves, porque son machistas y "sexistas" (por lo visto esto sí debe de saberse "científicamente"), así que ¡hala!: ya os iremos diciendo cuáles son las lecturas debidas y convenientes, españolitos, en sucesivos programas "educativos" según el superior saber y entender de este Gobierno (que parece salido de un cómic de Woody Allen, ya saben, el famoso "científico" que ha dictaminado: "Hay dos cosas importantes en esta vida; una es el sexo y la otra... no me acuerdo").

Basta con esto (y sobra, ampliamente). Me cuestiono: ¿qué entienden estas ministras, y su Presidente, por ministerios, gobierno, legislación, poder estatal? ¿Creen que pueden administrar, prohibir y mandar todo lo que se les ocurra a ellos, "científicamente", que está bien, que es lo correcto? ¿Saben lo que es absolutismo, totalitarismo, despotismo paternalista? ¿Saben lo que es libertad, diferencia, pluralidad, democracia? ¿Conocen "científicamente" la diferencia esencial entre la "democracia popular" de Stalin o Fidel Castro, o la "democracia orgánica" de Franco, y un Estado, como el nuestro, "democrático de Derecho"?

Lo grave, crucial y decisivo no es esto, de todos modos, sino esto otro que también cuestiono: ¿saben los españoles la finalidad y los límites de un Estado moderno, fundado en la inviolable libertad y autonomía de ciudadanos iguales en la dignidad y la responsabilidad de investigar y decidir ellos mismos qué es conveniente para su vida y qué hacen con ella? ¿Saben, sabemos, recordamos que el Estado que contratamos a nuestro servicio, y cuya relativa soberanía es delegada y representativa,  debe limitarse a garantizar que todos respetemos la libertad de todos, es decir, el Derecho que nos limita para que todos podamos ser todo lo libres que podemos, ni más ni menos? ¿Hemos olvidado, si alguna vez hemos aprendido, que el "bien común" que ha de procurar el Estado no es sino el mínimo común denominador del respeto recíproco, y que todo otro bien es asunto privado o abierto al público de modo libre y espontáneo, pero vetado a la Administración "pública" o el estamento político del Estado?

Tremenda perspicacia la de George Bernard Shaw: "la democracia es el sistema que garantiza que un pueblo no pueda tener un gobierno mejor del que se merece". O, mejor, necesita.

Comentarios

  1. Perdone, pero después de leer detenidamente este artículo me da la sensación de que usted tiene una opinión sobre la sexualidad un tanto represora, ¿Qué tiene de malo que los jóvenes conozcan las distintas prácticas sexuales y su uso seguro? ¿El no saber la realidad les ayuda en algo?

    Vale que que se gasten fondos públicos para ello sea exagerado pero tomar que se les informe como algo negativo me parece demasiado.

    Yo también estoy de acuerdo respecto a que el gobierno no debe tomar decisiones por los ciudadanos en esos temas ni de que se gaste el presupuesto en una asignatura sobrecargando el ya de por sí sobrecargado horario escolar(ya que dicha información se podria insertar en el temario de ciencias).

    En cuanto a los efectos negativos sobre la moral de los jóvenes no creo que sean tan malos como piensan los "demócratas y cristianos" quienes como últimamente se ve en los medios de comunicación(veracidad aparte) en algunos casos demuestran su valor moral prefiriendo que una persona muera antes de que use el "diabólico" condón.

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  2. Está claro que la ironía no es buen medio para criticar y argumentar, sino sólo para expresar y compartir con los afines. Tomo nota, y respondo sin ironías.

    Sr. A (-nónimo): usa Ud. el concepto de "represión" con ninguna propiedad. De mi pronunciamiento no puede deducirse en absoluto que yo tenga una concepción "represora" sobre la sexualidad. Me limito a denunciar la injerencia del Gobierno en cuestiones en las que debería ser neutral y en las que está siendo doctrinario, autoritario y absolutista, es decir, reprimiendo la libertad y la pluralidad en asuntos que no le conciernen. Ud. mismo lo concede de modo contradictorio con el resto de sus afirmaciones.

    Su contradictoria indulgencia con la injerencia del Gobierno parece deberse, no obstante, a su opinión de que la "información" que se dé a los alumnos, niños o jóvenes es neutra, inocua, siempre positiva. Discrepo profundamente con Ud. Es difícil que una información no implique en general "formación" (o deformación) pero, en este caso, no cabe duda de que es así. Le doy un argumento y un dato.

    El argumento es que informar a menores de edad de cómo practicar el coito con seguridad higiénica implica, sin la menor duda, el metamensaje de que practicar el coito cuando se es menor de edad no puede tener más significación o repercusión negativa que la posibilidad de contraer una enfermedad física. Lo cual es, para empezar, transmitir una concepción de la sexualidad muy particular y en pugna con otras visiones legítimas, es decir, formar (o deformar). Y, para seguir, a mi juicio se trata, en concreto, de una visión gravemente superficial, ingenua, nociva e irresponsable: la sexualidad no es un deporte ni un objeto de consumo o divertimento, sino una dimensión principalísima de la vida personal, con trascendencia esencial sobre la propia vida y quizá sobre otras vidas (humanas, por supuesto). La sexualidad es dimensión inseparable de la integridad de la persona, y está relacionada con valores que van mucho más allá de un genérico y simple "respeto". Como en el caso de la noción de "represión", no es éste el momento, sin embargo, de extenderme sobre el concepto.

    El dato es éste: desde que el partido actualmente (pero también en periodos anteriores) en el Gobierno inició sus campañas "informativas" sobre este tema, como la famosa del "póntelo, pónselo", la estadística de enfermedades sexuales, embarazos indeseados y abortos ha subido exponencialmente. Cabe un argumento explicativo que brilla por su ausencia en la visión oficialista y mediática, y supone una información gravemente soslayada: en la práctica de la sexualidad genital, lo decisivo no es, ni mucho menos, la información y la posesión de medios técnicos, sino la madurez emocional para usarlos oportunamente. La situación sexo-genital requiere la mayor madurez y autocontrol para aplicar los "conocimientos" y "recursos técnicos". En cristiano: la pasión suele inducir a no usar o usar mal o inoportunamente tales recursos.

    Parece, pues, que el presunto remedio ha resultado peor que la indudable enfermedad. Y es que tal información no es mera información: es al mismo tiempo inducción y en modo alguno educación.
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  3. Sigo discutiendo su opinión: ¿realmente cree Ud. que dar "información" es bueno siempre, sin ninguna condición de sujetos, edad, madurez, etc.? No lo creo; más bien tengo la sensación de que no ha pensado Ud. detenidamente lo que ha expresado. No obstante, me veo por ello obligado a argumentar en su contra trayendo a colación evidencias elementales: a los niños, por ejemplo, no les hace bien en absoluto ofrecerles "información" de todo asunto, y de hecho la educación, tanto familiar como escolar, es el arte de transmitir progresiva y oportunamente la información que requieren. Igualmente, a los que no son niños, ni les conviene ni tienen derecho a todo tipo de información sin limitación o condicionamiento alguno. De los cientos de ejemplos que cabría poner, me limitaré a mencionar la reserva de información, por parte del Gobierno, sobre multitud de asuntos políticos; piense, por ejemplo, en los relativos a los policías que destruyeron pruebas en el trágico asunto del 11-M. Por supuesto, a mi juicio, semejante negación de información no es un ejemplo de sabiduría, sino represión de derechos de información de la ciudadanía. Pero vale para probar que ni siquiera este Gobierno cree, como parece creerlo Ud., que haya que informar de todo a cualquiera. Y también para probar mi afirmación de que este Gobierno mantiene coherentemente una actitud lamentablemente autoritaria y absolutista.

    Por último ahora: en cuanto a los "demócratas y cristianos" (¿?) que presuntamente prefieren que alguien muera antes que usar el "diabólico condón", le diría que no son, desde luego, ni demócratas ni, mucho menos, cristianos quienes prefieren que alguien muera antes que practicar el autocontrol debido: prefieren engendrar un "diabólico" contrasentido moral y jurídico como el del sedicente derecho al aborto. Lo único que muchos "demócratas y cristianos" (entre quienes me contaría) preferimos es asumir las limitaciones de la realidad, llamar a las cosas por su nombre y vivir con dignidad humana al precio que cueste antes que hacer pagar el precio de nuestra esclava idolatría hedonista a otros seres humanos, tengan meses o tengan pocos años. La realidad debe someter nuestros deseos y no al contrario. Y la realidad es que sin autocontrol (que tiene que ver con la represión lo mismo que el culo con las témporas)no sólo en la sexualidad sino en todos los terrenos de la vida,... vamos de culo, por decirlo claro y pronto.

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